Alejandro Leyva, alumno de nuestra escuela del ciclo de sonido ha creado un micrófono dinámico utilizando materiales tales como un teléfono antiguo o un faro de bicicleta.
Entre otras muchas cosas, nuestros alumnos suelen destacarse por ser de carácter inquieto y estar siempre investigando dentro de sus estudios. Como ejemplo tenemos a Alejandro Leyva, que tomando la idea de un video que vio por internet y con los conocimientos que estaba adquiriendo en nuestra escuela, se embarcó en la tarea de crear un micrófono por su cuenta.
Para empezar, cogió un teléfono que tenía un compañero de clase desde hace unos 30 años y empezó a desguazarlo, empezando por la parte del altavoz del teléfono y lo pudo convertir en un micrófono completamente funcional soldándolo a un conector y teniendo como chasis un faro de bicicleta. Para quitarle el brillo a dicho chasis y, para posteriormente poder ponerle el color que quisiera, utilizó un pulidora.
Siendo su primera incursión en la fabricación de este tipo de elementos, Alejandro no se pudo escapar de los típicos accidentes. En su caso fue con el soldador, que al intentar soldar uno de los cables del micrófono se le cayó al suelo y a punto estuvo de caerse encima de su pierna.
Pero esta anécdota no le quita las ganas a Alejandro de seguir investigando, ya que próximamente tiene la intención de hacer otro tipo de micrófonos con más electrónica, en el que le colocará un trasformador y una serie de diodos para transformar el tipo de señal que lo alimenta y poder sacar una salida apta para un mezclador o un sumador de audio.
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