“Es una gran experiencia que sin duda repetiría”

 

Alejandro Pino es un alumno egresado de la Escuela Superior de Comunicación Audiovisual (ESCAV), donde cursó el ciclo de sonido. El joven ha estado trabajando por un periodo de dos meses en un crucero de Pullmantur como técnico de sonido.

Nuestra Escuela, a partir del propósito que tiene de, no sólo estar pendiente de nuestros alumnos cuando están estudiando aquí, sino también cuando han salido al mercado laboral, consiguió mediante la empresa Pullmantur un trabajo para Alejandro durante dos meses en un crucero por el mediterráneo, en el que trabajaría como técnico de sonido. Hemos hablado con él para que nos contara como ha sido esta experiencia.

 

¿Habías estado en un crucero antes?

No, hasta que me embarqué en este crucero no lo había hecho.

 

Con las referencias que podrías tener de películas, series, reportajes, etc., ¿es como te lo imaginabas?

Sí, la verdad es que todo está muy bien, todo es muy lujoso, sobretodo la parte que todos pueden ver. Son muy espectaculares. Las partes internas del barco son un poco más funcionales y no tan llamativas.

 

¿Cuál era tu puesto en el barco?

La verdad es que tenía que hacer de técnico de todo, realmente no existía un puesto de técnico de sonido, o de luces. . .  Cada semana, los miembros del departamento nos repartíamos las tareas. Siempre le tocaba a alguien revisar el hilo musical a primera hora de la mañana, revisar las películas que se ponían en las televisiones y comprobar que estuvieran todas encendidas. Otro, por ejemplo, tenía que encargarse de  preparar todas las actuaciones de los grupos que fueran a tocar durante ese día, y otra serie de trabajos más específicos y que no llevaban tanto tiempo, como preparar el audio para clases de baile o un programa de radio del barco en el que tenías que estar pendiente de lanzar piezas de audio durante el programa.

 

¿Cómo era tu día a día de trabajo en el barco?

Nada más levantarme por la mañana salía a dar un paseo por la ciudad en que estuviéramos ese día, ya que por la mañana generalmente no teníamos trabajo que hacer hasta las 18.00 más o menos, en que empezaban las actividades tales como clases de baile y otras actividades para los pasajeros. A las 20.00 todos los días es cuando empezaba el trabajo más serio, que constaba de montar el escenario y preparar el sonido de las bandas y durante la actuación también controlar el sonido. Lo interesante de estas actuaciones es que también tenías que estar pendiente de las luces, que yo también tenía que controlar; por lo que durante las actuaciones de las bandas siempre estabas muy entretenido.

 

¿Después de haber estudiado en ESCAV te viste con capacidad para hacer todos los trabajos en el barco?

Sí, tengo que decir que sí. La verdad es que no ha sido un trabajo muy duro, aunque sí de saber un poco de todo. Lo que sí he notado es que con la experiencia que he tenido después de estudiar en la Escuela me ha servido mucho para desenvolverme en este mundo.

 

¿Qué diferencias has podido observar en el trabajo de sonido y luces en el barco con las que te habías encontrado en tierra firme hasta ahora?

El trabajo en general es mejor en el barco, más que nada porque los equipos que tenemos en el barco suelen ser bastante mejores que los que hay en la gran mayoría de los locales o salas de concierto, además de que están ya montados todos los escenarios y es un trabajo más llevadero. Realmente tú haces la mejor parte de este trabajo, que es realizar los conciertos y actividades, no tienes que montar ni transportar ningún equipo.

 

¿Alguna anécdota curiosa que te haya pasado estando en el barco?

Recuerdo una muy graciosa. Un día al levantarme a primera hora de la mañana y para preparar una actuación, necesité un electricista. Con el walkie-talkie que tenemos para hablar con todos los departamentos llamé a mi compañero encargado en ese momento que, como era norma general en el barco, hablaba en inglés. Cuando me lo cogió me dijo: “please call me tu tu ti pai”. Yo no entendí lo que me estaba diciendo y le dije que lo repitiera, y me dijo lo mismo sin yo poder entenderle. En esa tesitura llamé a mi jefe para que me explicara y él me dijo que “tu tu ti pai” era 2 2 3 5 (two, two, three, five) y que el problema era que mi compañero era filipino y no suelen pronunciar ni la f ni la r, así que durante todo el día tuve la anécdota en la cabeza.

 

¿Qué has aprendido de tu experiencia en el barco?

Esta experiencia ha sido más bien como una “mili”. Hay que estar muy preparado porque durante unos meses vas a dejar todo tu mundo atrás. Una persona que tenga muchas ataduras en tierra, ya sea por familia o por cualquier otro motivo, lo puede pasar mal si no está preparado. Por ejemplo, la conexión a internet no era muy buena, de hecho yo tuve que comprarme en Italia un USB para poder conectarme durante los días que estuvimos allí, es bastante caro conectarse.

 

¿Qué tipo de personas suelen ser las que van como tripulación a este tipo de barcos?

Como he comentado, son personas que no suelen tener muchas responsabilidades en sus vidas, y generalmente ven esto como una aventura más en su vida, aunque sea de carácter laboral. Lo bueno, que pueden ver esta experiencia, no como que van a ir a un barco a trabajar, sino como que vas a trasladar tu residencia, ya que prácticamente el barco es un pueblo donde viven muchas personas día a día y acaban siendo como tus vecinos.

Hay que tener en cuenta que todos trabajan para todos en el barco. En tierra, si trabajas de técnico de sonido es seguro que después de una actuación tengas que recoger o limpiar algo. En el barco todo está más especializado, lo que lleva a conocer a las personas que viven contigo en el barco de una forma mucho más directa.

 

Después de tu experiencia en el barco y en el caso de que tuvieras la oportunidad, en las mismas condiciones en tierra o en barco, ¿cuál elegirías?

En igualdad de condiciones, sobretodo económicas, sin duda, elegiría tierra. Lo que pasa es que eso no es así, en el barco se cobra bastante más. Tiene desventajas como es dejarlo todo atrás y la incomunicación que en algunos momentos tienes con el exterior, pero sin duda es una gran experiencia que sin duda repetiría.