Redactora: Getly Arce

Fernando Hervás, alumno de la 2ª promoción de ESCAV, participó en la última película de Juan Antonio Bayona, «Lo imposible».

 

Curioso, activo, con ansias de conocer todo lo que le rodea, es como se describe así mismo de forma básica Fernando Hervás, el joven de 24 años que ha colocado el nombre de la Escuela Superior de Comunicación Audiovisual (ESCAV) en todo lo alto tras su paso por el área de producción del más reciente éxito del director Juan Antonio Bayona, ‘Lo Imposible’, nominada a ‘Mejor película’, entre otras numerosas categorías, en la XXVII edición de los Premios Goya.

Nacido en Jaén, realiza estudios de arte para después complementar su formación en ESCAV, trabajar en una productora granadina y luego seguir su preparación con un máster en animación, en Alicante. Al volver a Andalucía, recibe una llamada que le cambia la vida laboral, la propuesta para trabajar en un largometraje, la oportunidad, ya que según él mismo describe, “siempre he tenido la inquietud de trabajar en rodajes. Colaboré con la gente de la Ciudad de la Luz mientras estudiaba. Me llamó una compañera que estaba en producción y me dijo que estaban haciendo una película y necesitaban alguien que entendiera de montaje, mandé mi currículum y me pidieron que empezara”.

Por lo que respecta al impacto de este trabajo en su vida personal y su familia, Fernando destaca que al principio se lo tomaron como algo normal. “Era como: voy a hacer el corto del verano, venga que me voy a Alicante, pero no sabíamos lo que era, la repercusión que iba a tener. De hecho, mucho después de haber vuelto a Granada, hasta no ver los anuncios en la tele y en los cines, el éxito que tenía y todo, mi familia dijo: ¡Anda, qué película! Fue una sorpresa para todos. Te imaginas que tendrá éxito, pero no tanto”.

EL MUNDO DEL LARGOMETRAJE

Después de la llamada y los preparativos para mudarse a la zona de las locaciones, Fernando sentía cierta incertidumbre. “Intenté informarme un poco sobre la película, pero había tanto secretismo que no salía nada en Internet. Cuando llegué al lugar me enteré de lo que era la película, el elevado presupuesto, la presencia de Telecinco, ver ahí a Paolo Vasile un día… Luego piensas: esto tiene que ser algo grande. Además, los medios con los que se contaba, los equipos que alquilaban dos o tres días por miles o millones de euros…”, comenta el joven.

“Me sentía afortunado porque otros compañeros que estaban en producción se tiraban todo el día conduciendo una camioneta, y yo la suerte que tuve fue que en mi puesto podía ver lo más cercano al resultado final, montaba imágenes, iba al laboratorio a recoger el material, etc. Es cuando ves lo serio y profesional que era todo”, afirma Fernando.

Aunque el joven es activo y curioso por naturaleza, trabajar en ‘Lo Imposible’ ha supuesto retos. Con una sonrisa, destaca los siguientes: “cómo encajar entre tanta gente tan profesional, no puedo equivocarme o no me puedo permitir tener fallos gordos; cómo intentar aprender el máximo posible para pasar desapercibido en el grupo y encajar, que mi trabajo sirva para continuar con mi sueño… Yo estaba haciendo pre-montaje según las directrices que me daba el director, me decía: haz esto tal de tal manera y yo tenía que aprender a hacerlo in situ, trabajar bajo las órdenes del director sin molestar al resto del equipo”, recuerda.

Fernando también sostiene que tenía que “entrar en la dinámica que el equipo tenía porque gran parte de ellos ya habían trabajado con el mismo director, muchos venían de ‘El orfanato’. Era como una familia formada, tenían ya muy claro su método de trabajo. Yo no había trabajado nunca en una película con ellos y mi reto era incluirme, estar integrado. A las dos semanas ya tenía el conocimiento necesario sobre la mecánica”.

Al preguntarle lo primero que se le venía a la mente al recordar su participación en ‘Lo Imposible’, Fernando comenta que le viene “sobretodo lo aprendido, más que el trabajo en sí, ver que la gente que estaba ahí tenía más experiencia y no se lo tomaban con tanto entusiasmo como me lo podía tomar yo. Ha sido la primera película grande en la que he trabajado”.

SU PASO POR ESCAV

Volviendo a sus inicios como estudiante, surge la cuestión inevitable sobre cómo surgió la idea de estudiar en ESCAV. Fernando reconoce que intentó hacer sus estudios por la vía pública pero “me enteré de la existencia de ESCAV, vi las instalaciones y decidí que quería entrar en la privada. Fui la segunda promoción, hice Realización Audiovisual de Espectáculos”. Lo que más destaca de sus estudios en este centro son las sensaciones “con la gente de ESCAV y sobretodo los profesores, que son con los que más se aprende”.

Fernando también destaca que en ESCAV “te enseñan lo básico para empezar, pero hay que tener más iniciativa. Nunca vale quedarte con lo que te enseñen, si no te mueves fuera, haces rodajes como en mi caso, cortos en 35 mm, y llevar una cuenta de los metros de celuloide. Se pone en práctica la teoría de lo aprendido, hasta que no lo haces no logras entenderlo”.

Este joven inquieto tiene un ímpetu indescriptible, tanto es que al momento de finalizar la entrevista deja un consejo importante a las nuevas generaciones. “Que no se queden sólo en los estudios. Es muy importante tener inquietudes. Si tú ves en clase algo, investiga o si te interesa algo, busca o pregunta a los profesores”. Precisamente, lo que más destaca de ESCAV son los profesores. “Que no se queden sólo en el estudio, que hagan cortos, aunque sean cutres, que se muevan”, subraya el joven.

DESPUÉS DE ‘LO IMPOSIBLE’

“Yo espero seguir, quizá ya no tanto en películas, porque en España está muy mal la cosa. No se graban tantas películas al año y también quitaron muchas subvenciones al cine. Pero si no me muevo en películas, me estoy moviendo en cortometrajes con buen presupuesto y calidad profesional. Mis aspiraciones son seguir en el mundo del cine o la televisión”, sentencia Fernando.