Los alumnos de 2º de Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos (RAE), auténticos protagonistas del proyecto ESCARS tras meses trabajando en él, están completamente ilusionados. Hemos hablado con ellos, ya que este 12 de marzo presentan por fin la gala de los ESCARS, su proyecto de regiduría en el Teatro Alhambra, en el han estado trabajando desde octubre de 2015 guiados por el profesor Saulo Martin y Luis Fas, colaborador técnico, si bien todo el trabajo y la organización ha recaído sobre los propios estudiantes. Con el trabajo ya en su fase final, se muestran orgullosos de cuánto han dado hasta ahora.
Para el proyecto ha sido necesario dividir a toda una clase en varios equipos de trabajo que además han estado debidamente coordinados por la directora general de la gala, Cristina Chaparro. “Hemos tenido muy en cuenta que sea dinámico para todos los que asistan ese día sean partícipes del transcurso de la gala”, afirma Cristina. “Y para el guion he tenido la suerte de contar con Javier Porcel, siempre viene bien en estos casos tener una segunda visión a la hora de tomar decisiones”.
El propio Javier afirma que lo más complicado ha sido “coordinar a un equipo de personas tan grande para que cada uno ejecute su tarea de forma idónea y además, pueda aportar sus ideas al proyecto. Pero en estos dos años hemos adquirido buenos hábitos al trabajar en otros proyectos”. Sin embargo, al ser una clase que se entiende bien profesional y personalmente, no han tenido demasiados problemas organizativos y en general están contentos con el resultado de trabajar juntos “Siempre se tomaban las decisiones que considerábamos razonables y que estuviéramos todos de acuerdo” remarca Javier Gea, director del espectáculo circense.
Han tenido que tomar decisiones difíciles también. “Lo más duro que hemos encontrado en nuestro camino ha sido repartir el tiempo de los espectáculos”, nos dice Cristina. “Mis compañeros, al igual que yo, han dado una parte de sí mismos para hacerlos posible. Cuando llega la hora de decirles ‘oye, puedo darte diez minutos para tu espectáculo y no más’ puede ser molesto. Pero al final siempre se llega a un punto común”. Javier Porcel confirma que “sondecisiones duras, pero necesarias para que el proyecto tenga una estructura y armonía adecuadas”.
Todo proyecto, por muy bien planteado que esté sobre el papel, tiene imprevistos, pero como bien dice Javier Porcel, “ilusiona ver que después de fallos de última hora y adversidades, conesfuerzo y perseverancia todo se puede sacar adelante”. Estos problemas sin duda han fortalecido al grupo “La ilusión y el esfuerzo nos ha unido más tanto a nivel profesional como personal”, afirma Rosa Sánchez, directora del número musical.
Para los estudiantes, un proyecto de este estilo se encara con nervios, es un esfuerzo enorme. Según Javier Gea, “El tiempo de organizar algo así no se podría explicar en horas, es hacer que forme parte de tu día a día y preocuparte por ello como algo personal, como algo que deseas que salga bien con todas tus ganas”. Pero habrá muchos momentos que quedarán grabados en la memoria, especialmente el día 12: “cuando la gala haya terminado, todos tendremos una sonrisilla de orgullo al ver lo que hemos conseguido hacer entre todos”, afirma Cristina.
Movidos por estos dos años que han compartido y disfrutado juntos, no dudan en que pueda ser una buena idea encarar juntos el futuro profesional: “No hemos hablado del futuro pero estoy seguro de que todos estaríamos de acuerdo en trabajar en otro proyecto y seguir haciendo lo que nos gusta”, afirma Javier Gea. Sobre esto precisamente versa el musical que ha dirigido Rosa, de su futuro dentro del ámbito audiovisual y nuestro paso por ESCAV.
Los principales objetivos de esta práctica a nivel pedagógico son llevar a término sus proyectos con los problemas que pueda acarrear la impredecible realidad, aprender a trabajar en equipoen una profesión que lo exige y enfrentarse al público y los colaboradores. En definitiva, entender cómo funciona su mundo, donde según Rosa, para triunfar “hacen falta muchas cosas, pero sobre todo, amar lo que haces, sentir una enorme pasión por lo que haces, confiar en ti mismo, arriesgarte y decirte una y otra vez que tú vales realmente para esta profesión. Y lo más importante, rétate siempre a ti mismo y si crees en algo, ¡Persíguelo!”.
Por el momento, todo eso se está cumpliendo con creces. Tanto es así, que el profesor Saulo Martin no duda en proponer que se institucionalice como práctica anual obligatoria para las siguientes promociones, sea quien sea el docente. Incluso dar un premio económico, profesional o educativo. Son, por el momento, simples propuestas. Lo que está claro es que “la implicación y la ilusión que le ponen es, año tras año, sobresaliente”.
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